La celebración este domingo 24 de enero del patrón de los periodistas, San Francisco de Sales, es una buena ocasión para reflexionar sobre las aspectos negativos y positivos relacionados con el ejercicio del periodismo durante el último año, que obviamente, ha estado marcado por la COVID-19.
Como en muchos otros sectores de la sociedad, la crisis económica derivada de la pandemia ha provocado en el sector periodístico despidos, ERTEs e incluso cierres de pequeños medios. Esto ha provocado el aumento de la precariedad laboral y la disminución de la pluralidad informativa, pésimas noticias no sólo para los periodistas, sino para toda la sociedad castellano y leonesa. Y lo más alarmante es que todas las previsiones indican que la destrucción de empleo seguirá cebándose con el periodismo. Es paradójico que se hayan registrado audiencias históricas en prensa, radio y televisión y que a su vez la reducción de los ingresos publicitarios haya sido tan importante, lo que ha dejado en una situación crítica a muchos medios de comunicación.
No han sido meses fáciles para desempeñar nuestra labor, ya que hemos tenido que combatir en ocasiones la falta de transparencia y los intentos de control de la información. Pero a pesar de esto, la inmensa mayoría de los compañeros y compañeras de la comunidad autónoma han apostado por un periodismo de rigor, ético y deontológico. Más que nunca, ha quedado patente que el periodismo es un servicio esencial y por esta razón, nuestros dirigentes y la ciudadanía deben actuar en consecuencia. Los primeros deberían liderar una campaña de concienciación en la que aconsejaran a los castellanos y leoneses que acudan a los medios de comunicación para informarse y no utilicen otros canales como las redes sociales. Pero esta postura exige un compromiso real con el periodismo, que no siempre están dispuestos a asumir. Es más, no son pocas las situaciones en las que responsables políticos critican a los periodistas o medios de comunicación sin fundamento alguno, fomentando entre la sociedad un deterioro de la credibilidad del periodismo. Por su parte, los ciudadanos deben volver a confiar en nosotros, ya que durante la pandemia les hemos demostrado nuestro compromiso real con la información veraz. Es importante que para informarse de la realidad huyan de las fuentes no acreditadas y acudan a los medios de comunicación, ya que es la única manera de evitar ser víctimas de los bulos y la desinformación.
En el Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León somos conscientes del esfuerzo realizado por los compañeros y compañeras de la comunidad autónoma durante estos meses tan especiales y en los que el periodismo esencial ha sido el protagonista. Por este motivo, desde el Colegio impulsamos el ‘Premio de Periodismo Esencial’, con el que quisimos reconocer los trabajos periodísticos de calidad publicados durante la pandemia, ya que es importante poner en valor el trabajo bien hecho. Asimismo, hemos organizado en colaboración con el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua la exposición itinerante “Prensa escrita de Castilla y León en tiempos de la COVID-19”, que es un homenaje a todos los periodistas y medios de comunicación.
No ha sido un año fácil, pero los periodistas estamos acostumbrados a luchar contra todo tipo de adversidades, ya que nuestro compromiso con la profesión y con la sociedad nos da fuerzas para seguir apostando por lo que mejor sabemos hacer, un periodismo de calidad y al servicio de los ciudadanos.